Interior de levante

Cuando piensas en el levante español, seguro que te vienen a la cabeza sus playas concurridas por turistas de todo el mundo. Pero si fijas tu atención un poco más al interior, descubrirás también un paisaje salpicado de pueblos con encanto y carreteras de lo más divertidas. Para explorarlo, bastará con que sitúes como "base de operaciones" la localidad valenciana de Xátiva, desde donde tendrás a tiro de piedra tanto el mar como la montaña. Por no decir que su entorno disfruta, durante buena parte del año, de un clima muy agradable para rodar en moto. Vamos a sacarle partido.


Proximidades de Guadalest

PUNTO DE PARTIDA: Xátiva

Esta población neurálgica del interior valenciano ha sido clasificada como Conjunto Histórico-Artístico. En un promontorio se eleva el castillo de origen ibérico, que aglutina diferentes estilos, desde el islámico y el gótico de la mayoría de las murallas hasta el neogótico del edificio principal. A sus pies, el núcleo antiguo esconde edificios como la Colegiata o el Hospital Real, dos ejemplos de una ciudad que transpira historia por los cuatro costados.


1ª RUTA - Aires mediterráneos

Arrancamos en Xátiva y avanzamos por el interior de las provincias de Valencia y Castellón entre un típico paisaje de montaña mediterránea, con sus roquedales, pinos, huertos y árboles frutales. Todo ello es aderezado con una sucesión de curvas que nos llevan al coll de Rates, atalaya desde la que dominamos una vasta extensión de valles. Allá a lo lejos el mar se sitúa como telón de fondo. Precisamente, el recorrido continúa en busca de la costa, que encontramos por fin en las localidades de Altea y Benidorm

Por supuesto, si estás en tierras valencianas desearás que llegue la hora de comer y no es mala idea hacerlo en alguna de las poblaciones antes nombradas, aunque en época estival deberás tener tolerancia a la masificación turística. Resulta imposible resistirse a una buena paella, ya sea de marisco o valenciana, ambas recetas muy apreciadas por los excelentes ingredientes que la zona proporciona. Añádele una bebida bien fría y una terraza cerca del mar... ¡De lujo!

Para completar el círculo volvemos a través del serrano pueblo de Guadalest, donde una fugaz visita es altamente recomendable. Luego afrontamos el puerto de Confrides a la vez que el paisaje se vuelve agreste por momentos. Finalmente, un tramo de autopista, primero, y uno de nacional, después, nos llevan en volandas a Xátiva. 



NO TE PUEDES PERDER...

Altea

Ubicada en una amplia bahía, es un pecado no perderse por el montículo de casas de color blanco del casco viejo, de cariz mediterráneo y, hasta cierto punto, bohemio. Y es que Altea ha inspirado y ha atraído a muchos pintores, lo que explica las numerosas galerías de arte que la pueblan. Las calles confluyen en la plaza más elevada, donde se sitúa la iglesia de Nuestra Señora del Consuelo con sus tejas azules. Desde un mirador cercano se vislumbra todo el litoral: a la izquierda, el Peñón de Ifalc; a la derecha, los rascacielos de Benidorm, que parecen no acabarse en el horizonte.

Benidorm

Estamos de acuerdo en que el bullicio de este animado núcleo turístico no lo convierte en el mejor lugar para el disfrute en moto. Con todo, si reúnes un poco de paciencia, deberías acceder al mirador de la Cruz, desde el cual puedes disfrutar del "skyline" benidormense. Ciertamente, la espectacular imagen resulta más propia de una gran capital. 

Guadalest

El interior alicantino nos esconde una grata sorpresa: el pintoresco pueblo de Guadalest, situado a cobijo de un peñón rocoso. Pese a sus reducidas dimensiones, fue clasificado como Conjunto Histórico-Artístico y es frecuentado por los turistas que se hospedan en la costa. Por este motivo, es habitual compartir la carretera de acceso con bastantes conductores "enlatados". Una vez en el sitio, un agradable paseo nos llevará hasta los restos del castillo, desde donde se divisan el embalse y las sierras de Xortà, Aitana y Serrella.


2ª RUTA - Entre levante y Castilla

En este segundo recorrido nos alejamos completamente de la costa para adentrarnos en la sierras más occidentales de Valencia y en la zona oriental de la provincia de Albacete. Una primera parte reviradísima nos conduce a Cofrentes, que nos recibe con su castillo emplazado en una cresta de noventa metros de altura sobre el río Júcar. Desde allí ponemos rumbo a Requena, donde no podemos dejar de visitar su notable legado patrimonial. Además, nos rodea un paisaje vinícola poblado de diversas bodegas, convertidas en uno de los grandes atractivos y motores económicos de la comarca de Requena-Utiel

Dejamos atrás la Comunidad Valenciana para pisar suelo albaceteño. Nos encontramos en la Manchuela, una tierra de transición entre las sierras de levante y las llanuras castellanas. Después de algún tramo recto, la carretera se anima mientras sigue el dibujo curvilíneo del río Júcar entre formidables cañones. Y de pronto aparece el plato fuerte de la ruta, el pueblo de Alcalà del Júcar. Lleva un tiempo visitarlo, pero merece la pena conocer cada una de sus esquinas.

Todavía nos queda un trecho de quilómetros por recorrer, así que nos dirigimos de vuelta a la provincia de Valencia. Otra dosis de curvas anima nuestro espíritu mientras rodeamos el Macizo del Caroig. Rebasada la localidad de Enguera nos incorporamos a la misma carretera con que comenzábamos la ruta. Desde aquí, Xátiva está a un tiro de piedra.



NO TE PUEDES PERDER...

Requena

Esta ciudad de gran relevancia histórica basó antiguamente su economía en la producción de la seda, gracias a la posición estratégica entre Valencia y la meseta castellana. El Barrio de la Villa ofrece un interesante compendio de edificios monumentales: la torre del homenaje y las murallas, originarias de la época árabe; el Palacio del Cid, claro modelo de casa blasonada del siglo XV; y las iglesias góticas de Santa María y del Salvador. 

Alcalá del Júcar

El espectacular enclave de Alcalà del Júcar, en las hoces del río Júcar, pide a gritos una visita. Las casas y calles se amontonan en las laderas de las rocas y guían nuestros pasos hasta el castillo, precioso tanto por fuera como por dentro. Si accedemos al interior, observaremos como las distintas salas sirven a la vez de sedes de exposiciones. Mención aparte merecen las llamadas "casas-cueva", algunas de las cuales han sido transformadas en bares. También destacan el puente romano, la iglesia de San Andrés y la plaza de toros. Como curiosidad, en 1986 el municipio recibió el tercer premio a la mejor iluminación artística, solo por detrás de la Torre Eiffel y la Mezquita de Estambul. Por supuesto, es considerado Conjunto Histórico-Artístico.